lunes, 22 de agosto de 2016

La Problemática de la Educación Moral y La Sociedad Actual

Educacion Moral

LA PROBLEMÁTICA DE LA EDUCACIÓN MORAL Y LA SOCIEDAD ACTUAL  

"La educación de la conciencia moral es una de las tareas más antiguas, más universalmente extendidas y más fuertemente controladas de la sociedad, y es, al mismo tiempo, una de las tareas más difíciles, más universalmente equívocas y más fuertemente resistidas por la sociedad." (Cullen: 2004) Esto implica, por un lado que los individuos interioricen pautas, normas y valores en pos de la conservación de la organización social y por otro, que los individuos exterioricen de alguna forma, la transgresión, la subversión de valores, que permiten en definitiva la creación de nuevos paradigmas para la convivencia del grupo y que hacen posible el progreso de una organización social. La educación de la conciencia moral es en consecuencia un espacio ambiguo y conflictivo.

La formación ética y ciudadana de los alumnos estuvo siempre presente en la escuela, pero desde lugares diferentes y sostenidos por diversos paradigmas. Durante un largo período la educación se vio impregnada por el positivismo pedagógico, lo cual provocó que se entendiera que la cuestión moral formaba parte de la conciencia de cada uno, instalándose un discurso sobre la neutralidad moral de la escuela apelando a una adhesión emocional más que racional; "la enseñanza moral y los aprendizajes sociales contribuyeron a la formación de una parte central del "currículo oculto", ya que sus saberes (la ética y la política) no podían entrar en la cultura escolarexplícita, porque el dogmatismo de los "hechos", que caracteriza al positivismo, rechazaba toda validez teórica y racionalidad de los problemas morales." (Cullen: 1997)

A esta concepción le sucedieron otras, pero lo cierto es que ni la neutralidad laica ni la disciplina normalista ni la escuela activa sirvieron para sostener la ruptura de la escuela y su cultura en relación con la sociedad y sus necesidades educativas. La educación moral y cívica junto al trabajo pedagógico sobre procedimientos, actitudes y valores se presenta como una urgencia pedagógica ante una sociedad en la en los grandes problemas de la humanidad y los principios que regulan las relaciones entre los hombres, las mujeres y los pueblos, y las relaciones de éstos con su entorno natural, requieren reorientaciones éticas - morales y no tanto soluciones técnicas y científicas. Se trata de superar una educación moral quizá demasiado académica o demasiado basada en una reflexión y discusión faltas de implicación personal y de experiencia directa en aquello que se considera.

En tal sentido, entendemos que la educación moral debe partir de la experiencia cotidiana de la vida escolar, pero también deber salir de la escuela para implicar a sus alumnos y alumnas en proyectos de trascendencia social y cívica. Al entrar en contacto con aspectos de la realidad a veces alejados y poco conocidos, al implicarse en proyectos cívicos de interés, al llevar a cabo intervenciones socialmente eficaces y humanamente gratificantes, se conseguirá un tipo de experiencia altamente significativa.


LA EDUCACIÓN MORAL

La educación moral inculca los hábitos de pensar y actuar que ayudan a las personas a convivir y trabajar juntas como familia, amigos, vecinos, comunidades y naciones. La educación moral es un proceso de aprendizaje que permite a los estudiantes y adultos en una comunidad escolar comprender, practicar e interesarse por los valores éticos fundamentales tales como el respeto, la justicia, la virtud cívica y la ciudadanía, y la responsabilidad por sí mismo y por el prójimo. Sobre tales valores fundamentales, se forman las actitudes y las acciones que son propias de las comunidades seguras, saludables e informadas que sirven como los cimientos de la sociedad.

Durante su juventud, los estudiantes pasan muchas horas de la vida en el salón de clase. El tiempo que se encuentran en la escuela constituye una oportunidad de explicar y reforzar los valores fundamentales sobre las que se forma el sentido moral.

En la escuela, la educación moral debe abordarse de manera integral de modo que se abarquen las cualidades emocionales, intelectuales y morales de una persona y un grupo.  Debe ofrecer múltiples oportunidades a los estudiantes para conocer, discutir y practicar conductas sociales positivas. El liderazgo y la participación de los estudiantes son imprescindibles para que la educación moral se incorpore a las creencias y las acciones de los estudiantes.

Obviamente, que sin la vigencia de valores universales como la igualdad y la justicia no puede haber ciudadanía. En ese sentido, la educación moral desea formar criterios de convivencia que refuercen valores como la justicia, la solidaridad o la cooperación, además de convertirse en un ámbito de reflexión individual y colectiva.
Es la educación moral convierte a los individuos en personas, en ciudadanos locales y universales, en seres libres, sociables, felices y responsables..

DESARROLLO MORAL 

Al hablar del desarrollo moral, estamos haciendo referencia a dos elementos de la moralidad que son indisolubles, inseparables. El primer elemento, la conciencia moral, reúne todas las prohibiciones: comprende toda conducta que debe ser evitada, aprendizaje que se da fundamentalmente a través de la experiencia del castigo: una reprimenda, una mirada de reprobación, una penitencia´

Si toda la moralidad se resolviera en la conciencia moral, el ser buenos equivaldría, simplemente, a no ser malos. Nuestra conducta, por lo tanto, se orientaría a evitar lo que está prohibido. Pero ¿qué es lo que nos impulsa a preferir actuar de un determinado modo, juzgándolo como el mejor? Es necesario un segundo elemento, el ideal del yo, que es el que comprende la imagen que cada uno tiene de aquel que quiere llegar a ser, imagen que hemos ido fortaleciendo a través de la experiencia de ser premiados: cuando nos dieron una mirada de aprobación o una sonrisa, cuando manifestaron sentirse orgullosos de nosotros o nos felicitaron, cuando fomentaron una acción, cuando nos sentimos orgullosos por la obtención de un logro por el que nos esforzamos.

Esta imagen ideal se convierte en nuestra imagen directriz: toda conducta la tomará en referencia, según nos acerque o nos aleje de aquello que sentimos que estamos llamados a ser. Es la zona moral que se relaciona más directamente con la autoestima: cuanto mayor sea nuestra autoestima, mayor será nuestro ideal del yo. Como se imaginará, muchos problemas de conducta se relacionan, más que con una deficiente conciencia moral, con un pobre ideal del yo.

El interjuego de conductas, más la internalización de los castigos y recompensas irán configurando el código moral, al que definiremos como el conjunto interiorizado de normas. A medida que se vayan desarrollando las cogniciones, conductas y emociones asociadas a situaciones morales, el niño irá formulándose y replanteándose esas reglas iniciales, en una constante construcción.

EDUCACIÓN MORAL Y EDUCACIÓN EN VALORES 

Existe intensa investigación sobre los resultados de inculcar valores a nivel de aula, si bien algunos teóricos en el tema sostienen que se necesita trabajar profundamente en la estimación de dichos productos de estudio.

Una primera aproximación a la educación en valores refiere a ésta como el proceso en el que los jóvenes se inician en el conocimiento de las reglas necesarias para aprender a relacionarse con otras personas a través de la conceptualización curricular. Del mismo modo, mediante la educación moral de los individuos, se apela a investigar el concepto de educación para la ciudadanía.

Algunos temas que pondera la educación en valores son el desarrollo social, personal y cultural. Esto guarda estrecha relación con el hecho de que las personas denotan y expresan interpretaciones subjetivas, vinculadas con la forma en que se actúa en una cultura y en contexto histórico dado. De esta manera, surgen aquellos valores que se denominan, "valores universales", los cuales adquieren significado y son un constituyente esencial de la vida humana.

ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS 

Para educar en valores es imprescindible cultivar la crítica constructiva, la creatividad y la cooperación. Lo cual implica:

Expresarse y defender la propia opinión con espontaneidad y libertad. Lo cual se consigue permitiendo que se hable de lo que piensa y siente, sin temor a que ser reprendido o condenado por lo que diga. Por ello, es necesario que se promueva un ambiente de confianza y respeto; que sea capaz de acoger y aprovechar las opiniones de todas las personas ( incluidas las que consideremos más desatinadas), como medios de aprendizaje y reflexión; que sean capaces de elaborar síntesis a partir de la diversidad de opiniones.

Que se planteen las discrepancias sin temor. Atreviéndose a contradecir, si es necesario, lo que lo establecido propone. Esto implica una actitud de apertura; dominar el tema tratado; una gran autoestima, que se permita entender y sentir que la discrepancia no pone en riesgo ningún valor social o moral. Si no que, por el contrario, hace que se valoren y respeten en mayor grado al reconocer sus limitaciones y sus errores.

Debemos ser capaces de formular críticas, alternativas y sugerencias. Puesto que la crítica es la capacidad de juzgar hechos, situaciones, opiniones, etc., frente a los cuales es posible proponer algo distinto, que pueda ser mejor. La diversidad de enfoques, puntos de vista divergentes, etc., permite decidir, para después de analizar y juzgar.

Enseñar a asumir responsabilidades, a través de la motivación, y por propia iniciativa y no por imposición. Para que sean conscientes de las consecuencias de sus actos y las acepten. Esto se consigue paulatinamente y después del ejercicio de la autoevaluación y la evaluación grupal, en las que la supervisión es fundamental.

Así debemos integrar la teoría y la práctica. Para que logren lo que piensan, la teoría, sea igual a lo que se hace, la práctica. Ser coherentes. Sólo así se cambia la realidad.

Usar metodologías que ayuden a la adquisición de un criterio propio. Métodos que despierten el sentido crítico, que desarrollen la capacidad de percibir la realidad como es, para que superen la visión ingenua de la realidad.

Practicar la autocrítica. En un ambiente de diálogo y confianza, donde emitir juicios sobre su propia actuación. Los mayores obstáculos para lograrlo son el miedo, la desconfianza, el chisme, la hipocresía, la mentira y la falsedad. Con la formación de la autocrítica se busca ayudar a pasar de la sinceridad (decir lo que se piensa) a la autenticidad (vivir como se piensa).

Las innovaciones en las estrategias metodológicas para procurar la asimilación de los valores son importantes, para ello se cuenta con:

Proyectos específicos
Trabajos en equipo
Discusión sobre dilemas morales
Simulación de solución de conflictos
Juegos
Teatro
Jornadas de debates de los padres de familia
Reflexiones críticas sobre el comportamiento de los medios de comunicación social

REFORMA EDUCATIVA VENEZOLANA  

El mejoramiento de la calidad de la Educación, se ha convertido en un reto que debemos asumir como un deber y un compromiso con Venezuela; un gran reto que indiscutiblemente deberá asumir todo venezolano, pero que va a comprometer de una forma más particular y más directa al profesorado.

Para asumir y poder llevar a la práctica el gran reto que supone la mejora de nuestra calidad de enseñanza, lo primero que se necesita hacer, es conocer las propuestas formuladas por el Ministerio del Poder Popular para la Educación, y concretamente a través del Currículo Básico Nacional, y reflexionar sobre ellas, confrontándola con nuestra experiencia y con nuestra práctica educativa.

En el marco de esta Reforma Educativa Venezolana, y en respuesta al reto que supone el fortalecimiento de la acción escolar como acción profundamente humanizadora, surge el concepto y desarrollo curricular de los que llamamos Ejes Transversales; dimensión básica y nuclear del currículo.

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